Vitamina C
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, tiene propiedades antioxidantes y actualmente se están desarrollando estudios que plantean la hipótesis que su administración puede mejorar el pronóstico de los pacientes con infección por COVID-19 en estado grave.
En casos de sepsis, se produce el aumento de citoquinas causado por la misma, y hay acumulación de neutrófilos en el tejido pulmonar, destruyendo los capilares alveolares. Los primeros estudios clínicos han demostrado que la vitamina C puede prevenir eficazmente este proceso. Además, la vitamina C puede ayudar a eliminar el líquido alveolar previniendo la activación y acumulación de neutrófilos y reduciendo el daño al canal epitelial alveolar. Al mismo tiempo, la vitamina C puede prevenir la formación de trampas extracelulares de neutrófilos, que es un evento biológico de lesión vascular causada por la activación de neutrófilos. Las vitaminas pueden acortar efectivamente la duración del resfriado común. En condiciones extremas (atletas, esquiadores, trabajadores de arte, ejercicios militares), puede prevenir eficazmente el resfriado común. Y si la vitamina C también tiene un cierto efecto protector en los pacientes con influenza, solo unos pocos estudios han demostrado que la deficiencia de vitamina C está relacionada con un mayor riesgo y gravedad de las infecciones por influenza a pesar de ello aunque no hay evidencia fuerte de su eficacia y seguridad en infección pulmonar por COVID-19. (19)
Actualmente en El Salvador se recomienda el uso de vitamina C en dosis 1.5 g IV cada 6 horas como parte del esquema de tratamiento para pacientes con neumonía grave y neumonía grave con ventilación mecánica asociada a Shock refractario a catecolaminas y con uso de esteroide. (7)