Definición de innovación pública. 
Es sustantiva (saltos cognitivos y cualitativos que afectan la naturaleza de las políticas públicas), considera la capacidad de auto cuestionarse para generar nuevo conocimiento y se desarrolla de forma colectiva.  Brugué, Blanco y Boada (2014).
Es un proceso que transforma reflexivamente la información en algo inteligente y, de esta manera, lo convierte en conocimiento colectivo, una reflexión compartida y democrática donde nuevos saberes se generan a partir del intercambio. Zurbriggen y González (2014).
El objetivo no es cambiar el estado del Estado a otro estado, sino generar un proceso de cambio continuo en el que el Estado tenga las competencias técnicas y el poder político para “cambiar permanente de estado”, en seguimiento a los avatares impredecibles del mundo y a los desafíos cambiantes del país. Vignolo (1993).        
Anteriormente se ha sugerido que gestión y administración tienen significados diferentes. En esencia, administrar significa seguir las instrucciones, mientras que gestionar significa conseguir resultados. RAINEY defiende que la gestión pública «tiene unos orígenes semánticos que implican tomar las cosas en mano», lo cual «sugiere una firmeza y una eficiencia del tipo atribuido a la gestión empresarial (1990: 158). Sin embargo, esta definición no establece cómo, en la práctica, los roles y las funciones de la gestión difieren de los de la administración o, por extensión, cómo la gestión pública difiere de la administración pública. ALUSON (1982) sintetiza aproximaciones diversas en lo que llama las «funciones generales de la gestión. Las tres funciones generales son: la estrategia, la gestión de los elementos internos y la gestión de los elementos externos. Todas ellas están compuestas, a su vez, por funciones subsidiarias. Las funciones generales de la gestión vienen detalladas a continuación (MUSON, 1982: 17).  
Principales teorias
Una de las contribuciones que podemos extraer de este estudio es pensar y ver el compromiso como un valor que debe ser parte del perfil del profesional de salud. Los resultados de esta investigación de acuerdo con nuestra comprensión, permiten vislumbrar estrategias para la utilización de recursos humanos en el sector salud, invirtiendo en la gestión de talentos, propiciando de esta forma una mejor atención brindada al cliente interno y externo. Partiendo del supuesto de que el compromiso es fundamental para la introducción del trabajador en su profesión y organización, la conciliación de los dos tipos de compromisos, en el cotidiano de las organizaciones, favorece el alcance de los propósitos y objetivos institucionales y profesionales, y como producto se obtendrá una mayor eficiencia y eficacia del profesional.
Teoria de Fulton
La gestión, tal como nosotros la entendemos, consiste en la formulación y en la operacionalización de las políticas de la organización. Esto puede entenderse como un continuo que abarca desde la primera línea de supervisión hasta el equipo directivo y que fluye a través de la disposición jerárquica de los gerentes. A cada nivel, los activos -sean humanos, financieros o materiales- deberían desplegarse de la mejor forma posible para conseguir los objetivos particulares que contribuyen a la consecución de los objetivos generales designados por el equipo directivo.
En esta teoría el Informe Fulton expresa una visión de la gestión moderna y orientada hacia los resultados, muy similar al significado de diccionario discutido anteriormente. De todas formas, más adelante, el propio informe menciona los «cuatro aspectos que componen la totalidad de la gestión de la Función Pública:
a) la formulación de políticas públicas desde una dirección política
b) la creación de la maquinaria capaz de implementar las políticas
c) la puesta en marcha de la maquinaria administrativa
d) la responsabilidad frente al Parlamento y a los ciudadanos» (FULTON, 1968).
Como apunta KEELING (1972: 23), estas afirmaciones equivalen a decir que gestionar es lo que efectivamente hace el servicio público, lo cual no es de gran ayuda. Utilizando los términos de FLYNN, «por alguna razón, el entusiasmo que despertaron las recomendaciones del Informe Fulton no se tradujeron a la práctica» (1990, p. 16)
Teoria de la nueva gestion publica.
El advenimiento de la nueva gestión pública -o del gerencialismo- marca alguna diferencia básica respecto a las reformas administrativas anteriores. La nueva gestión pública es mucho más clara respecto a la teoría y los programas de actuación que los desafortunados intentos anteriores de recortar los costes. En vez de ser una especialización técnica dentro de la administración pública, como fue el caso de la vieja gestión pública, la nueva gestión pública (NGP) apunta hacia la sustitución del modelo tradicional. En vez de intentar reformar el sector público, la nueva gestión pública representa una transformación del sector y de las relaciones entre el gobierno y la sociedad. Existen diversas explicaciones respecto a por qué la nueva teoría apareció cuando apareció. HOOD (1991: 6-8) argumenta que «no existe una única y simple explicación ni una interpretación aceptada sobre el porqué de su aparición y popularización». El propio autor menciona cuatro posibilidades:
1) «un capricho de la moda»,
2) «el interminable renacimiento, a pesar de los repetidos fracasos, de la idea de que el éxito sustantivo puede ser conseguido gracias a la práctica de rituales específicos (gerenciales)
3) «una atracción entre opuestos»  
4) «una respuesta frente a un conjunto de transformaciones sociales especiales», las cuales incluyen «cambios en los ingresos y en su distribución, posindustrialismo, postlordismo, nuevas maquinarias políticas y crecimiento de los trabajadores de cuello blanco»
 Teoría de la gestión según Rainey.
La gestión pública no es idéntica a la gestión gubernamental o a administración pública. La gestión pública supone la gestión bajo la influencia de la autoridad pública (aunque esta influencia se perciba como positiva o negativa para la organización). La autoridad política deja su marca en las organizaciones de diversas maneras: excesiva atención a las reglas, poder compartido e interdependencia, fragmentación, sensibilidad a los ciclos políticos. Como resultado, la gestión pública es distinta de aquella gestión no influida por la autoridad política. Incluso si la gestión pública es diferente a otros tipos de gestión debido a la presencia de autoridad política, todavía es gestión más que administración. Actualmente, los gestores públicos están involucrados en la elaboración de políticas públicas y en la propia dirección política, son responsables de diversos asuntos y, en consecuencia, podrían perder su puesto de trabajo si algo fuese mal. La gestión pública ha llegado a ser una forma de gestión política y, por lo tanto, la relación con los líderes políticos ha cambiado. Según RAINEY (1990: 173): En algunos casos y a ciertos niveles, los gestores públicos actúan -con base en su racionalidad técnica- con relativa autonomía respecto a la intervención política. En otros tiempos, en cambio, las intervenciones políticas eran dominantes. Actualmente, los criterios políticos y los administrativos están efectivamente mezclados. En otras palabras, no hay una fórmula ideal para la relación entre políticos y gestores, sino distintos estilos de interacción. Las habilidades necesarias para desarrollar esta interacción son, de alguna forma, intangibles.  
En ese contexto, Kirk Douglas Zerillo García (2014, p. 1) enfatiza en el hecho de que al innovar en la Gestión Pública es necesario que las organizaciones tengan la capacidad para adaptarse a los cambios y a las demandas ciudadanas, lo que implica introducir cambios también en la Gestión de las Instituciones Públicas para permitir que estas respondan con calidad y efectividad a las nuevas demandas de la sociedad que transcurre en un constante desarrollo y cambio. Por mucho que se desee innovar e intentar cambiar ciertas tendencias organizacionales dentro del área pública, también poseemos gran cantidad de trabas que hace que la conceptualización de llevar a cabo la innovación dentro de la gestión pública, sea frenada por distintas variables, tal como enfatiza Salas (2012).Muchas de las actividades dentro de las entidades públicas consisten en procesos decisionales en el que las responsabilidades son segmentadas a lo largo de diferentes perfiles de cargo.