ACROMEGALIA 
INTRODUCCION:
La acromegalia es una enfermedad lentamente progresiva que resulta del exceso de liberación de la hormona de crecimiento (GH) y, en consecuencia, del factor de crecimiento símil insulina I (IGF1).
En la mayoría de los casos es inducida por un tumor hipofisario secretor de GH y, más raramente, por la hiperplasia hipofisaria o la secreción ectópica de GH o la liberación de la hormona liberadora de GH (GHRH).
Tanto el gigantismo como la acromegalia son trastornos raros, causados por el exceso de secreción de GH e IGF1, pero, el gigantismo se produce cuando el exceso de GH provoca el crecimiento lineal antes del final de la pubertad y el cierre de las epífisis, mientras que la acromegalia ocurre cuando el exceso de GH se presenta tras el cierre epifisario.
Durante las últimas dos décadas, el mayor conocimiento de la etiología molecular y la genética del gigantismo hipofisario y la acromegalia ha permitido identificar varias causas genéticas, incluyendo las neoplasias endocrinas múltiples (MEN) tipos 1 y 4, el síndrome de McCune–Albright, el complejo de Carey y el adenoma hipofisario familiar aislado. La exposición prolongada al exceso hormonal induce la desfiguración somática progresiva, y a una amplia gama de manifestaciones sistémicas.
DESARROLLO:
Los síntomas y signos de hiperfunción somatotropa son característicos, con predominio de las manifestaciones somáticas con crecimiento acral, prominencias de arcos superciliares, nariz ensanchada, macroglosia, lóbulos abultados, prognatismo con inversión de la oclusión dentaria, engrosamiento de la piel con aumento de los pliegues cutáneos, acantosis e hiperhidrosis, aumento del grosor y tamaño de las manos y los pies.
Igualmente, el enfermo refiere cansancio con facilidad y presenta dolores osteomioarticulares difusos, en ocasiones concomitantes con cierta limitación de los movimientos articulares, artropatías, síndrome del túnel del carpo, miopatía proximal y osteopenia.
Generalmente, los pacientes atribuyen síntomas como la fatiga, las artralgias y el acrocrecimiento, al envejecimiento normal, lo cual da lugar a un retraso en el diagnóstico de 8 a 10 años.
Aparecen alteraciones menstruales en la mujer, impotencia en el hombre, disminución de la libido, apnea del sueño, bocio y alteraciones en los campos visuales. Una gran proporción de estos pacientes padece depresión debido no solamente a su apariencia física, sino también a la fatiga que limita considerablemente su desempeño en el trabajo y en la realización de actividades cotidianas. La presencia de apnea del sueño, con la consecuente somnolencia diurna, contribuye también a la fatiga crónica y a la depresión de estas personas.
Las morbilidades asociadas más notorias son la diabetes mellitus o intolerancia a carbohidratos y la hipertensión arterial, con alteraciones ecocardiográficas en la mayoría de los casos, que revelan crecimiento ventricular izquierdo y, en casos extremos, cardiomiopatía acromegálica, disfunción diastólica y disminución en la fracción de eyección.
Si bien en cerca de 40 % de los casos se detecta hiperprolactinemia, solo una minoría de las mujeres con este padecimiento evoluciona a galactorrea. La elevación de la prolactina en la acromegalia puede ser resultado de la interrupción de la vía dopaminérgica descendente o bien estar causada por hipersecreción tumoral, como en el caso de los adenomas mamosomatotropos.
Entre 30 y 40 % de los pacientes con acromegalia presenta datos clínicos y bioquímicos de hipogonadismo, debido tanto a la interferencia de la masa tumoral con la función de los gonadotropos, como a los efectos propios de la hipersomatotropinemia sobre la función gonadal. La relación de acromegalia tanto con pólipos adenomatosos como con cáncer de colon, es real.
En las manifestaciones compresivas locales (producidas por el adenoma) lo más frecuente es la afectación de la vía óptica con una cuadrantanopsia o hemianopsia bitemporal. Con menor frecuencia, la expansión hacia abajo produce rinorrea y toma de los pares craneales tercero, cuarto y sexto. La cefalea constituye otro hecho local destacable, más común en la acromegalia que en el resto de los tumores hipofisarios; sin embargo, la insuficiencia adenohipofisaria por compresión tumoral no es habitual.