El día de 7 de enero de 2017 se desató una oleada de pronunciamientos en redes sociales contra el señor Gustavo Rugeles por la agresión que le propinó a su pareja sentimental el día 27 de diciembre de 2017. La señora Marcela González Olaya, identificada con cédula de ciudadanía Nª 1143863650 y con tan solo 22 años de edad, cuenta que Gustavo llegó ese día tomado y la rasguñó, la agarró de los brazos, la zarandeó, la botó a la cama, la arrastró por el piso y la insultó. La señora refiere que Rugeles es muy celoso y que ya antes la había agredido; claro hay más.
El personaje en cuestión es una figura "pública" que siempre ha dado de que hablar y no precisamente por sus buenas conductas y grandes logros. A Gustavo lo hemos conocido como uribista, como asesor de prensa del señor Abelardo de la Espriella, también como reconocido neonazi y por sus grandilocuentes ataques a muchos sectores de la sociedad colombiana. De él conocemos ataques al periodista Daniel Coronell y al presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos.
Pero lo que supimos ayer es no solo preocupante sino un asunto de salud pública(y no es la primera vez que ha sido denunciado por agresión a una mujer); aunque muchos digan que es su vida privada y a pesar de que su compañera sentimental ya haya salido en un vídeo con él diciendo que lo solucionarían juntos, Rugeles ya pasó la línea: la denuncia fue instaurada y no hay reversa, no hay manera de echar atrás ese asunto. Ya no se trata únicamente de la vida privada de un sujeto con mal carácter.
El perfil de Rugeles podría hacerse de manera fácil y sin decir que ya vamos en las ligerezas. Si le hiciéramos caso al DSM V Gustavo Rugeles tendría un trastorno cruzado entre el trastorno de la personalidad antisocial, la personalidad límite y el trastorno de la personalidad obsesivo compulsiva. Es un tipo que representa peligro para la señora Marcela González Olaya, es el tipo de personas que presenta una celotipia contundente: obsesivo, abusivo, violento, bebedor y controlador, algo que denota personalidades que tarde o temprano terminan haciendo daño a sus seres más cercanos, ya sean compañeras sentimentales o hijos.
Estas historias no terminan nunca bien, las mujeres terminan en una caja, y no es por culpa de ellas solamente. La mujer ya pidió ayuda a la justicia y sentó un precedente ante la fiscalía y aunque ahora venga a decir que lo solucionará por su cuenta, ya no hay marcha atrás.
En las redes sociales, la gleba ya tomó partido y se han ido lanza en ristre contra la mujer por haber dado un paso atrás, cosa que para los entendidos en Derecho y justicia humana no es tan simple. El hombre ya cruzó los límites donde la mujer está protegida y segura, ya lo que viene es degradación y vejamen, violencia y, según las estadísticas, muerte para la mujer. Es un personaje que maneja cierto poder y tiene influencias, ese tipo de sujetos deben ser controlados por la Ley. Y no esperar que asesine a una mujer que no supo o no pudo encontrar la voluntad y determinación para mandarlo a la mierda.