Enilce López llevaba tres décadas como dueña y señora de las apuestas y la mafia en la costa atlántica, hasta que cayó en manos de la justicia. Por lo que sabemos la DEA también tuvo que ver en su detención y condenas, pues además de lavar activos, eran conocidos sus nexos con el narcotráfico. Sea como fuere hoy el país está en alerta y pide que la justicia no sea puesta en jaque por parte de las mafias. No podemos seguir enviandole un mensaje infortunado a la sociedad civil: la Justicia está secuestrada y los carteles al interior de ella la están devorando desde dentro. Enilce López es otra prueba más que debe superar la institucionalidad en Colombia.