Es una enfermedad crónica. La construcción de esta afirmación ha sido un proceso que desde la perspectiva médica ha pasado por diferentes etapas. Durante mucho tiempo pareció haber una resistencia a considerar a la obesidad como una enfermedad. Los términos desorden, trastorno y alteración fueron con frecuencia utilizados. Esto ha sido desfavorable para alertar a los profesionales de la salud, a los pacientes y a la sociedad en general, sobre los riesgos que para la salud individual y para la salud pública tiene la obesidad.