Introducción
La apendicitis aguda es un proceso inflamatorio del apéndice vermiforme,
constituye la patología quirúrgica de abdomen agudo más común en la
infancia con una incidencia de 12.7%. El diagnóstico de apendicitis
aguda es altamente variante dependiendo del evaluador, la clínica
clásica se encuentra frecuentemente contaminada por síntomas atípicos,
por lo que el diagnóstico correcto en la primera visita a las unidades
de emergencias varía entre 50% y 70%.
Las formas de presentación de esta patología se distinguen según la
apariencia macroscópica y los hallazgos histológicos: 1) apendicitis
congestiva: la luz del apéndice se obstruye y aumenta la colonización
bacteriana, 2) apendicitis supurada: la presión aumenta y el apéndice se
distiende observándose rojo y edematizado, 3) apendicitis gangrenosa:
disminuye el riego sanguíneo y algunos segmentos se necrosan,
adquiriendo una tonalidad negra pudiendo presentar exudado purulento, y
4) apendicitis perforada: las paredes se rompen y se libera el contenido
del apéndice e incluso intestino a la cavidad abdominal.
En la actualidad el diagnóstico de apendicitis es un reto y se basa
predominantemente en la clínica del paciente. Se ha utilizado la escala
Alvarado como sistema de puntuación para el diagnóstico de esta
patología, la cual utiliza como criterios el dolor en el cuadrante
inferior derecho, signo de Blumberg positivo, migración del dolor,
náuseas o vómito, anorexia, temperatura oral a 37.2°C, recuento de
leucocitos mayor a 10 x 109/L y neutrófilos mayores al
70% si se obtiene un puntaje de 9-10 puntos se clasifica como
apendicitis aguda que requiere cirugía. A pesar de soportar el
diagnóstico y orientar la actuación médica, mayores esfuerzos son
requeridos para apoyar el diagnostico.
Recientemente se ha sugerido la relación neutrófilos-linfocitos (RNL)
como factor pronóstico de gravedad dado que refleja la inflamación
sistémica y la relación entre la respuesta inmune innata (neutrófilos) y
adaptativa (linfocitos).
La relación neutrófilos-linfocitos (RNL), definido como el recuento
absoluto de neutrófilos dividido por el recuento de linfocitos, es un
marcador efectivo de inflamación que se está usando cada vez más para
evaluar resultados en pacientes quirúrgicos; su utilidad ha sido
demostrado en pacientes críticos y algunas enfermedades neoplásicas. La
RNL es el resultado de una respuesta inflamatoria que dispara la
liberación de metabolitos del ácido araquidónico y de factores
activadores de plaquetas que provocan neutrofilia mientras que, por otro
lado, durante el estrés aumenta la secreción de cortisol lo que
desemboca en linfopenia, es por eso que mientras mayor sea el proceso
inflamatorio de base la diferencia entre neutrófilos y linfocitos
también será mayor, reflejándose en un aumento de la RNL.
A pesar de que la RNL ha demostrado su utilidad como factor pronóstico
en varias áreas principalmente oncológicas y cardiovasculares aún es un
marcador poco estudiado en patologías abdominales agudas.